El impacto del tango en el desarrollo del turismo en la ciudad de Buenos Aires en el siglo XXI

Abstract

Buenos Aires y el tango se buscan, se abrazan y se confunden desde hace más cien años en una relación que, si bien ha variado con los años, no ha dejado nunca de afianzarse. Desde sus orígenes, el tango evolucionó de diferentes maneras, tanto en su formato musical como en su expresión de danza urbana. A comienzos del siglo XXI, la herencia de las grandes orquestas de las décadas del cuarenta y cincuenta y de la renovación protagonizada por Piazzolla a comienzos de los sesenta se sintetizan y expanden en una gran variedad de sub géneros que van desde el rescate de los orígenes orilleros al tango electrónico interpretado por jóvenes DJs. El turismo tardó bastante tiempo en comprender que ese vínculo entre música y ciudad era central para su desarrollo. Ni los agentes del mercado turístico (operadores, agencias, hoteles), ni las políticas desarrolladas desde las diferentes dependencias del Estado porteño (Secretaría de Turismo, Secretaría de Cultura, Ente de turismo) comprendieron la potencialidad que el tango tenía para el crecimiento del sector hasta que la crisis económica y política del 2001 atrajo a la ciudad a grandes cantidades de turistas mayoritariamente extranjeros ansiosos por vivir su experiencia tanguera. Desde entonces, el crecimiento en la oferta de espectáculos, milongas, shows, academias, festivales etc. ha ido en constante crecimiento transformando simultáneamente las formas de acercarse al tango como las prácticas del mercado turístico